Hoy venía en la micro, con el frío usual de estos días. De pronto, sale el sol y su calor comienza a surtir efecto en mi, ya que el chofer se detenía a recoger personas en cada paradero, fue en ese momento donde descubrí que me había sentado en el lado equivocado. Sí, porque para variar no había cortinas y peor la micro llena, o sea, estaba destinada a rostizarme en brazos del sol (como diría un amigo mio “calorsh”).
Debido a eso, decidí abstraerme de esta cruda realidad y decidí zucumbir en brazos de Morfeo. Miré el rostro de quien estaba a mi lado, me acomodé y me relajé, estaba en eso ya casi soñando con aquello que más deseo cuando de pronto: “señores pasajeros: soy padre de familia…bla bla bla” …no es por ser mala, pero díganme si no es una soberana “lata”, aparte que siempre resultan ser unos “chantas” .
Bueno, este “padre de familia” se bajó y yo tratando de retomar cuando de pronto, al siguiente semáforo “jefe: ¿nos permite?”…¡oh no, otra vez! y a cantar se ha dicho, yo estaba realmente feliz. Después de un par de canciones de Arjona (peor) me aclaran que su intención no fue molestarme solo hacerme pasar un rato agradable, uhh sí, qué agradable, me divertí muchísimo.
Unos dos paraderos más…sí, créanlo, se sube otro vendedor, de estos que te presionan para comprar las cosas poniéndotelas en las piernas o en el bolso, me carga esta forma de imponerse ¿cómo no se dan cuenta que así es peor?. A uno le dan menos ganas de comprar… y de nuevo “soy padre de familia... y vengo a ofrecer por solo 100 pesos estas deliciosas gomitas de menta, para el resfrío y la tos” (ohh, sí, mejorarán tu resfrío)...y yo me digo a mi misma “¿deliciosas?” cuando es como comer esas pastillas “pololeo” (o como cuando estábamos en el colegio, en recreo, siempre en la mañana con hambre y ganas de comer un pan añejo con dulce membrillo y no faltaba el compañerito que se compraba un kapo o un loly ¡Qué fome! No daban ganas ni de pedirle colación) o sea no pueden invertir en algo más delicioso?...pero, GOMITAS DE MENTA…díganme por favor a quien le gusta eso. Yo apostaría por superocho, o chocman, pero ¿gomitas de menta? No, no puede ser. Yo miraba el paquete y ni de textura me daban ganas de comerlas…en eso el hombre-vendedor comienza a recoger las gomitas de menta y NO recoge la mia, pasa muy rápido y yo entre mi letargo trato de alzar la voz “¡oye, tus mentas!” y el hombre no escuchó y se bajó. Sí, efectivamente me quedé con las mentas, pero yo no las quería por ningún motivo, las miré y las apreté hasta sacarles el aire (el sellado al vacío jaja) ya casi las odiaba, al final las guardé en mi bolso.
Finalmente, si no puedes contra ellos ¡úneteles! Y aquí estoy escribiendo y comiendo gomitas de menta que, al final si le chupas el azúcar primero y dejas la goma desnuda en tu boca no es tan mala.